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Editorial de la crisis actual argentina Radiografía de una crisis política Terminar con la corrupción, el mandato de Milei; los desencuentros con el Congreso; el disparatado fallo del juez Marianello; el papel de Santiago Viola; una advertencia a Spagnuolo de la viceministra de Salud La sociedad argentina, su opinión pública, está expuesta en estas horas a un caudal impresionante de información, detalles, historias retorcidas y personajes no del todo identificados, que surgen de una escena crítica para el Gobierno. Cuando esa marea de datos crece de manera exponencial, conviene llevar la observación a los fenómenos que se mueven más lentamente, a la “ola profunda” que explica después del movimiento de los barcos en la superficie.
El gran problema de la vida pública en la Argentina de los últimos años -más que nada desde la pandemia hasta el presente- ha sido el desencuentro entre la gente y sus líderes políticos. Esa crisis de representación tuvo su expresión más dramática en agosto de 2023, en el marco de las primarias presidenciales. Allí un 30% del electorado decidió caminar hacia lo desconocido y votar a Javier Milei, que era una enorme incógnita. El ahora Presidente carecía de equipo, inserción institucional y arraigo territorial, y era justamente ese panorama el que inspiraba la confianza de los votantes, que basaban su voto en el repudio a la “casta corrupta”. La misión política de Milei, desde este punto de vista, es obedecer al mandato que le dio aquel electorado, que le decía: “Usted tiene que regenerar la política. Esperamos que usted nos reconcilie con nuestros representantes e introduzca una ruptura con rasgos muy desagradables de la vida pública, entre los cuales está la corrupción que usted denuncia en la casta”. Por otro lado, la misión económica, estabilizar la economía evitando una recesión y tratando de no caer en el enorme problema que tuvieron Macri y Menem: aproximaciones a la economía de mercado y la estabilización que terminaron en un problema productivo.
En este marco, la sola presunción de que el núcleo del gobierno de Milei, representado en este caso por su hermana Karina; la mano derecha de Karina, Eduardo “Lule” Menem, y el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, esté salpicado por versiones verosímiles de un sistema de coimas ligados a la compra de logística y de productos destinados a atender la salud de las personas con discapacidad, pega en el corazón del mandato que se le otorgó. Y pone en tela de juicio una de las grandes banderas que lo llevó al poder. Este es solamente uno de los problemas que uno identifica cuando observa la escena oficialista actual, que atraviesa un mal momento. Antes de que estalle el escándalo de las grabaciones clandestinas de quien fue hasta hace una semana el titular de la Agencia Nacional de Discapacidad, Diego Spagnuolo, hubo una crisis parlamentaria. El Ejecutivo viene gobernando con un tercio del Congreso, que es el número indispensable para defender los vetos. Es una administración a la ofensiva, que debe evitar que la política económica se la maneje la oposición formando dos tercios. A raíz de la poca representación parlamentaria con la que cuenta, tuvo enormes dificultades para convalidar el veto en relación con la discapacidad y estuvo al borde de perder la pelea por el gasto jubilatorio. 368
La sociedad argentina, su opinión pública, está expuesta en estas horas a un caudal impresionante de información, detalles, historias retorcidas y personajes no del todo identificados, que surgen de una escena crítica para el Gobierno. Cuando esa marea de datos crece de manera exponencial, conviene llevar la observación a los fenómenos que se mueven más lentamente, a la “ola profunda” que explica después del movimiento de los barcos en la superficie.
El gran problema de la vida pública en la Argentina de los últimos años -más que nada desde la pandemia hasta el presente- ha sido el desencuentro entre la gente y sus líderes políticos. Esa crisis de representación tuvo su expresión más dramática en agosto de 2023, en el marco de las primarias presidenciales. Allí un 30% del electorado decidió caminar hacia lo desconocido y votar a Javier Milei, que era una enorme incógnita. El ahora Presidente carecía de equipo, inserción institucional y arraigo territorial, y era justamente ese panorama el que inspiraba la confianza de los votantes, que basaban su voto en el repudio a la “casta corrupta”.
La misión política de Milei, desde este punto de vista, es obedecer al mandato que le dio aquel electorado, que le decía: “Usted tiene que regenerar la política. Esperamos que usted nos reconcilie con nuestros representantes e introduzca una ruptura con rasgos muy desagradables de la vida pública, entre los cuales está la corrupción que usted denuncia en la casta”. Por otro lado, la misión económica, estabilizar la economía evitando una recesión y tratando de no caer en el enorme problema que tuvieron Macri y Menem: aproximaciones a la economía de mercado y la estabilización que terminaron en un problema productivo.
En este marco, la sola presunción de que el núcleo del gobierno de Milei, representado en este caso por su hermana Karina; la mano derecha de Karina, Eduardo “Lule” Menem, y el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, esté salpicado por versiones verosímiles de un sistema de coimas ligados a la compra de logística y de productos destinados a atender la salud de las personas con discapacidad, pega en el corazón del mandato que se le otorgó. Y pone en tela de juicio una de las grandes banderas que lo llevó al poder.
Eduardo "Lule" Menem y Karina Milei en la Cámara de Diputados, el 4 de diciembre 2024 Eduardo "Lule" Menem y Karina Milei en la Cámara de Diputados, el 4 de diciembre 2024 Enrique García Medina - LA NACION Este es solamente uno de los problemas que uno identifica cuando observa la escena oficialista actual, que atraviesa un mal momento. Antes de que estalle el escándalo de las grabaciones clandestinas de quien fue hasta hace una semana el titular de la Agencia Nacional de Discapacidad, Diego Spagnuolo, hubo una crisis parlamentaria. El Ejecutivo viene gobernando con un tercio del Congreso, que es el número indispensable para defender los vetos. Es una administración a la ofensiva, que debe evitar que la política económica se la maneje la oposición formando dos tercios. A raíz de la poca representación parlamentaria con la que cuenta, tuvo enormes dificultades para convalidar el veto en relación con la discapacidad y estuvo al borde de perder la pelea por el gasto jubilatorio.
Diego Spagnuolo Diego Spagnuolo Frente a estos obstáculos, que hablan de una gestión que empieza a estar corroída en su credibilidad, aparece la gran pregunta, interrogante que se debe resolver a partir de las elecciones y que se formulan los inversores con ojos utilitarios: hay un líder, que es Milei. ¿Habrá un oficialismo, es decir, un conjunto político más o menos vertebrado, con capacidad parlamentaria de llevar adelante reformas? Es probable que si no se constituye ese oficialismo, el líder empiece a perder fiabilidad y sea aún más complicado alcanzar las metas económicas que el Gobierno se propone para la segunda mitad de su mandato.
El Gobierno está paralizado por el escándalo de los audios y consiguió que el juez Alejandro Maraniello, del fuero civil y comercial federal, lejano al elenco habitual vinculado a la política, le concediera una medida cautelar a Karina Milei, que fue a la Justicia pidiendo que se prohíba la divulgación de las grabaciones que provendrían de intervenciones ilegales en la Casa de Gobierno.
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Martes, 2 de septiembre de 2025
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